martes, 16 de agosto de 2011

Santo Tomas Moro




el solo y único camino hacia el bienestar público está en declarar la comunidad de bienes, y esto no sé si se podrá guardar donde lo que posee cada uno es su propiedad"
Todo desorden y mal moral es siempre fruto de una mala organización y gestión de lo público. Son las instituciones y organizaciones sociales y políticas las responsables de la entidad moral de los sujetos que bajo ellas se desarrollan. Nuestros destinos no dependen de ninguna finalidad inmanente (formas, esencias, naturalezas) o trascendente (Dios, inmortalidad, etc.) a nosotros mismos. Antes bien, el bien y el mal morales se juegan siempre en el tablero de lo histórico, es decir: en lo político y social mismos.

La división entre ricos y pobres, opresores y oprimidos surge de un desigual reparto de la riqueza, desigualdad que genera no sólo una fractura entre dos clases en pugna, sino un sinfín de rivalidades y desórdenes sociales (revoluciones y levantamientos de los más pobres, miseria, delincuencia, ociosidad impúdica de nobles y clérigos) que normalmente termina justificando el mantenimiento de un ejército permanente muy costoso económicamente y peligroso en épocas de estabilidad.

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